viernes, 7 de febrero de 2014

Espiritualidad

cómo alcanzar la iluminación y no perder la frescura


Diciembre. No. Un poco antes, mediados de Noviembre. No se sabe bien qué, pero algo pasa. Desde los pibes del cole, a las señoras con peinados con spray, todos capturados por el espíritu. Dicen que navideño, o del calor, o del fin de año, o de la fiesta de la espuma. Pero son dos, tres semanas en las que el pueblo reluce homogeneamente embobado. 
Calorías y calores. Variedades y excesos.
Pero acá la cuestión es otra: las lucecitas.
Del tradicional importado arbolito. O bien, cualquier otra de las ornamentaciones que lo acompañan. 
Hasta los más reacios transan con alguna vela, farolito o pirulín acorde a la cosa. Y están también los que, queriendo alzarse en contra de los rollitos colorados de papanuel, burlonean barbaridades -satánicas- que llegan a cuestionar hasta la sexualidad de los renos. Herejes. Lo hacen. Pero lo hacen sólo en ese período bendecido con la nieve de cocacola y din don dan! Ergo, todos los gatos a la bolsa, cada uno maullando como se le antoja, pero en la bolsa. Y bien adentro, aunque en cortocircuito.
Peor que el laberinto del minotauro, el cablerío de los antes mencionados foquitos. No hay hilo ni de Ariadna ni de espaiderman que oficie de norte alguno.
Sudando la gota gorda.
Gorda y colorada como santacló. Los más bienaventurados, alcanzan la iluminación... Arbolito mode on, trascendidas las puteadas de todos los integrantes de la familia hacia los cables -y entre sí-
El período de estupor no se retira con el último cuete del fin de año, ni una vez pasada la resaca de los dos o tres días (en algunos casos meses) del benjamín hijo gregoriano.
Inicia, sin tregua y seguidamente, la fase del verano a pleno sol. 
A plena cerveza fría. Si no te gusta la cerveza en verano tomás y punto. Porque así debe ser. Cerveza, bronceador y pelotas de playa. Pelotas que no existen en la realidad desde los ochenta, pero que salen en las publicidades hasta de aceite de cocina, pero edición verano. Todo es edición verano... porque llegó el verano, loco!!
Lo loco es que el espíritu se traiga al verano montado en trineo y desde el polo norte. 
De la barba y la buzarda, a la colaless y la depilación definitiva... Otra de las delicias de la bipolaridad del consumo globalizado.
Se van, se las toman, se lo merecen, laburaron como negros todo el año, y ahora a algún lado hay que ir. A desenchufarse. Y para estar bien desenchufado llevan todo lo que no se enchufa. Y sus cargadores.
Hay un mojón en el que la peste se bifurca. Los que se van, tendrán síntomas tales como la sombrilla, el tejo, el mate, los raiban, las alpargatas, palmeras, arroyitos, cornalitos y esas cosas. Pero los que no... el síntoma terminal: la pelopincho.
Una semana para recordar dónde corno quedó: en el placard, en lo de la tía, en el garage, o dónde! Acertada su locación, dos horas y cuarto para hacer parir al oscuro y empolvado rincón, la mega caja. Puede haber accidentes colaterales tales como reliquias suicidas que se arrojan desde lo alto de un estante sin motivo aparente. O el efecto dominó, de sinfonía en cataplum mayor, de otros inanimados que cohabitaban el recinto.
Trescientos setenta y cuatro tornillos -oxidados-; caños de todos los tamaños, pero que difieren uno de otro en un centímetro, en escala ascendente.... sin embargo el manual de instruciones -si es que tocó en suerte- exhorta que pueden catalogarse como caños A, B y C. Que a su vez deben coincidir con los puntos 1, 2, 3, 4 y 4b. Los esquineros son gloriosos, son cuatro, punto. Suplicar que el tapón haya quedado del lado de la rejilla. 
Sol en el lomo cuatro horas, ojos achinados por la falta de luz otras tres más, y ¡listo!... No parece un cuadrilátero, pero tuvo en un rincón a más de uno. Sólo logró cierta forma abananada de polígono irregular. Capaz cuando se llena, se acomoda. Ni ahí. Un merecido chapoteo -mitigador de ansiedad- en tres centímetros de agua. Es verano, y hay poca presión, mañana va a estar joya... Ojalá que sí. Si no llueve. Y se llena de hojas, Pelo de perros vecinos. Y tierra de por ahí. 
Pasan los días -dos- y se le hace la babita inmunda del fondo. 
Inversamente al de llenado, el tiempo de vaciado no da ni para tomar la birrita del día de verano. Ahora a limpiarla, después de todo ya está armada, ya está ahí para la refrescada. 
Los clásicos se inclinarán por la lavandina, algunos más progres, por el lisoform... pero todos desconocen si existe ángulo en la física que otorgue la inlcinación tal, propicia para que la maldita pecera de lona se desagote de una vez. La UTN debería incluir una materia cuatrimestral para resolver estos bretes.
A esta altura, ya es sangre, sudor y lágrimas. 
Quienes sobreviven, afirman, juran y declaran, que el año siguiente será y se hará otra cosa. Hasta se ha llegado a correr el rumor de que habrá quienes unifiquen los rituales, de iluminación y desenchufe. Una ceremonia que ponga absoluto fin al padecimiento colectivo: los participantes reunidos, pelopincho llena, farolitos enarbolados, y que el último enchufe la guirnalda mientras se zambulle al chapuzón!






martes, 4 de febrero de 2014

Oviedo y Deleso

Secuestradores con estilo, en veredas, pasajes o avenidas. Les da igual.



- shhh! callate que ahí vienen...
- pero ¿no te digo que...-
- ¡CALLATE! ¡Mirá! ¿Ves? Te lo dije. Ahora se les va a notar en la cara la incomodidad. Por mucho que se haga la superada, ésta, cayó como una torcaza. Je...
- y vos... ¿qué sabés?
- ¡¿cómo?!
- nada... no lo entenderías, siquiera... Y el tipo ¿qué tal? No se lo ve muy cómodo tampoco. ¿O disimula?
- no ves que sos un imbécil, vos... El tipo se la quiere sacar de encima. Si desde hace un rato cuando llegaron, se le notaba el fastidio. Esperaba otra cosa... ¡Por eso está incómodo!
- ¿Otra cosa?
- ¡¡¡Si!!! OTRA COSA.
- ¿tenés fuego?
-agarrá ahi... atras del pelpa ese. ¿Qué hacés? ¡no tirés! qué sos imbécil...eh-
-Perdoná, estoy inquieto. Hace como cuatro horas que estamos acá, y hace frío...
-¿Frío? Maricón.¿ No querés que te abrace, también? salí, tomatelás... "Frio"
-Tardan en despedirse, eh?...
- ¡cómo no van a tardar si no pasa ni un bondi! ¡mirá la cara de la mina!!! ¡no puede más!
- ¿cómo que no puede más?
- ¡del bailongo que se habrá aguantado! Sabés como quedan estas cuando los tipos se sacan las ganas. Como un papel estrujado... ¡en blanco!, porque no pueden decir nada!! jajajaja. Un bollo ¡que ni de borrador sirvió!
- ... no me parece... ¿no ves que está tensa? Dice mucho así, callada. Para mi que algo le pasa... y a él también...
-Si... le pasa... ¡de costado le pasa! qué campeón, el tipo. La hizo bien, eh.
-shhhh... a ver...?
-¡qué querés ver!
-...cómo se miran...
- con los ojos, ¡cómo se van a mirar!
- ...ninguno quiere irse. Es raro.
- vos sos raro... pasame los puchos, ¿querés?
-Tomá. Voy a cruzar a ver si oigo qué dicen.
- ¡A dónde vas a cruzar, ridículo! ¡Vení!!! ¡Vení para acá te digo!...Cerrá despacio, que no es giratoria, infeliz.
Ahora lo único que falta es que lo vean a este idiota, y se den cuenta de todo. ¡Qué hace! ¡Lo van a ver!!!
Nooooo, este se las está buscando. Sabe que no se puede acercar tanto. Menos de día! Ya fue su momento. La noche no le alcanzó,  ahora a otra cosa mariposa, y que me los deje a mi... Yo sé muy bien qué hacer...
Y? ¿escuchaste el radioteatro, perejil?
-... No había nada que oir. Tenían las manos hechas hielo. Ella está destrozada, se nota que no le salió el personaje. No con él... y él...
-Basta, me cansaste. Vos y este cinturón de mierda que se traba. Tirá de ahí, haceme el favor. Que los tengo que ir a buscar. ¡Dale! ¿qué me mirás con esa cara?
- No va a ser tan fácil. Ni para ellos ni para vos...
- Un bondi o un taxi, y esto se termina acá, ponele la firma
-Claro que le pongo la firma: No me voy a ir más.
-¡¡ uy qué desgraciado, hijo de mil!!! ...cómo me la hiciste! Sos un torcido mala entraña. No sé ni para qué viniste al mundo. ¡A joderlo, nada más!
- ...decí lo que quieras, pero ponete a trabajar. Ponete a trabajar desde ahora. Porque te va resultar duro, sino. No lo vas a poder terminar... Ahí los tenés... miralos. Pero miralos bien.
- No me la compliques más! ¡Si se besan te mato, hijo de puta! Noooooooo ¡y mirá cómo! Como si fueran a verse mañana...
- No saben cuándo es mañana. Acá mañana es veintipico horas después.
- A él me lo llevo. Se viene conmigo. Número pleno no te vas a ganar. Este se viene y chau.
- Llevatelo, andá. Te va a durar un rato. Pero lo vas a tener que soltar, porque vos sabés cómo es esto. Ella lo va a ir buscar. Tenés la ventaja que acá ninguno tiene la más recóndita idea de cómo funcionan estas cosas. Pero nosotros sí: sé que sos el que empuja, y a vos te consta que yo, una vez que agarro, no suelto jamás.