Voy a habitar los espacios que, de entre todos los de la morgue de los recuerdos, elijas.
Voy a guardar la sangre de todos los pactos en un estante. Y a perdonarte la vida cada vez que merezcas morir entre otros pensamientos.
Voy a esperar silente el pulso que, por indómito, te atormenta y te deja como única opción que vuelvas por más.