con un puñadito de arena, un budín.
Con un flequillo pícaro,
un subrayado perfecto de dos puntos de luz.
Una resbalada sin manos,
con el ímpetu de una alfombra voladora y muy mágica.
El envión de la hamaca te trae a abrazarme.
Cualquier palabra que escriba después, es silencio.
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