miércoles, 18 de julio de 2012

Eslabón de lujo

Para nosotras, el lavarropas es el mejor amigo de la mujer. Simple y llanamente, lo amamos. Es nuestro electrodoméstico favorito. Tranquilamente podríamos prescindir de todos los demás. La humanidad ha dado sobradas muestras de ello.
El idilio de pompas de jabón es cotidiano. Las ropas flameando al sol cual estandarte de la liberación del refriegue, es el símbolo de nuestra conquista. Oh sí!
Nos volvimos expertas en productos baja espuma y sustancias blanqueadoras. Guardianas de la suavidad de fábrica, de prendas exclusivas. Lectoras e intérpretes profesionales de etiquetas con símbolos contundentes, los mandamientos del lavado.
Somos, por fin, libres e independientes. Sabemos lo que queremos, y lo queremos limpio!!
Como si esto no fuera suficiente, el amor hacia nuestros hijos, goza de la misma blancura que sus medias. Es perfumado. Siempre radiante. Amar a un hijo limpio y que juega al sol, es el deseo de toda madre. Deseo universal.
Y por qué lo amamos? (no, no a nuestros hijos, al lavarropas...) porque mientras damos a nuestras prendas ciclos de spa, nosotras podemos hacer las cosas importantes de la vida, sin perder tiempo.Que es oro, y que nadie tiene, o tenemos poco, o queremos tener más, o simplemente no queremos perderlo por amarretismos indescifrables. El tiempo es nuestro. Punto.
Entonces apretamos la tecla del olvido, y vamos a buscar lo realmente importante, como zapatos en oferta, peluquerías abiertas las 24 hs para que nuestros cabellos gocen de la misma magnificencia que la ropa que vestimos. Pero ojo, bien sabemos que esa ropa en algún momento tenemos que sacárnosla, entonces, sin perder tiempo ni por asomo, vamos al gimnasio, en el mejor de los casos, en los que aun conservemos algo de impulso vital, y sino, de una a los injertos de ácidos varios, que poco tienen que ver con los lisérgicos, pero que hacen maravillas de nuestras inafortunadas y mullidas caderas. No queremos perder tiempo, pero si hay algo que queremos perder y nunca volver a encontrar es la celulitis. Amén.
En esta frenética revolución cultural y de género, sabemos que al volver  casa no vamos perder tiempo en cocinar nada, ni siquiera en calcular calorías, porque hicimos el pedido a Coto digital mientras se centrifugaban las sábanas!!! llega a casa el delivery de lo impensado, hasta de viandas light, por si las enlatadas de coto no nos dan confianza.Confianza: no sabemos que es, pero se sabe que hay que sentirla para tomar esas decisiones inaplazables, como por ejemplo qué cepillo de dientes comprar. Para que nos queden tan blancos como la ropa.
No debemos olvidar que la ropa se cuelga al sol, mientras las flores exhalan su fragancia primaveral. Si no tenés sol, no te preocupes, hay envases atomizadores que traen a tu hogar el perfume de las campiñas italianas y los prados de fresias... o de la flor que inspire tus momentos.
Ahora sí, terminó el ciclo de lavado, adoraste las blancuras y perfumes varios, estás radiante como las camisetas de tus hijos, y no perdiste ni un segundo. Aleluya!!







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